Algunos Mitos de la Lactancia Materna

Este artículo intenta desmitificar algunos mitos de la lactancia materna que he visto en estos años asesorando familias, más mi propia experiencia cómo madre de 4 niños. ¿Por qué? por que la lactancia materna me apasiona y considero que se sabe muy poco de ella.

La verdad es que la Lactancia materna, es uno de los aspectos de la crianza donde más me he enfrentado a ciertas creencias populares, y para ser sincera, muchas me han dejado con la boca abierta. Creo que la razón por la que existe esta desinformación es por la falta de educación en el tema, sinceramente no recuerdo haber visto más allá de una clase en el colegio acerca de lactancia materna, más que de la fisiología de la mama y su función excretora de leche.

Como sociedad no tenemos las herramientas para entender la lactancia materna, más que de la transmisión cultural, es decir, de la madre, hermanas, tías, amigas etc. Pero qué pasa si mi entorno más cercano no dio leche, o peor aún si esa experiencia fue traumática y dolorosa. Pasa que finalmente yo adquiero esa información proporcionada por mi entorno y la internalizo como una verdad absoluta, peor aún si cuando ya soy madre, el equipo de salud no proporciona las herramientas para una lactancia exitosa, y para rematar si el pediatra, que en Chile pasa a ser un Dios, es fanático de leche de artificial y en cada control médico habla de los “múltiples” beneficios de leche de tarro. Como dice el pediatra de mi hijos “en Chile los médicos leen muy poco y no se actualizan, lo que está muy mal, ya que en medicina la cosas han ido cambiando y algunos colegas siguen repitiendo cosas que ya están obsoletas” punto que le encuentro toda la razón, ya que estos discursos pasan a ser los fundamentos de estos mitos urbanos de lactancia materna.

Para ser más gráficos partiremos con algunos mitos punto a punto, y son los que me hacen más ruido y sus implicancias afectan a un sin número de personas. Estos mitos están orientados en especial a las madres primerizas para empoderarlas y conectarlas con su instinto materno, y hacer oídos sordos cuando los escuchen.

• Dar lactancia materna 10 o 15 minutos por lado: este mito es completamente FALSO, ya que la primera leche que sale está compuesta en su mayor parte por agua (quita la sed) y la leche posterior está compuesta en su mayoría de grasa (quita el hambre). Si a un niño, en especial si es recién nacido, le damos sólo la primera leche de ambos pecho (ya que le dijeron a la madre sólo 15 minutos por lado) este niño quedará con hambre y llorará más de la cuenta. La verdad que el origen de este mito lo desconozco, pero creo que se debe a que es un promedio de una mujer “tipo” que vacía su glándula mamaria en 15 minutos, pero andar recetando 15 minutos por lado a todo el mundo me parece sumamente irresponsable, lo que termina con un niño bajo peso y consumiendo leche de tarro. Lo que se recomienda es que la madre vacié un pecho por completo, para que de esta forma adquiera los 2 tipos de leche y nutra completamente al niño, hecho que “casi siempre” ocurre cuando el niño espontáneamente suelta el pecho, sólo ahí se puede pasar al otro pecho, y si este no quiere más, en la toma siguiente se parte por el pecho que no tomó o por el que tomó menos. Existen mujeres que vacían un pecho en 5 minutos y otras en 40 minutos, por lo que esta recomendación es NO A LUGAR.

• Dar lactancia materna cada 3 a 4 horas: otro mito FALSO y descontextualizado. Cuando a una madre, en especial con un recién nacido, se le da esta instrucción me parece sumamente grave, ya que los primeros meses es donde se afianza la lactancia materna, por lo que se debería promover la lactancia a libre demanda SIEMPRE. Estar fijando horas de alimentación rígidas, tanto la madre como el niño lo van a pasar mal, ya que como todos los seres humanos hay algunos que les da más hambre que a otros. Lo de 3-4 horas es aplicable para explicar el tiempo que se demora en vaciarse el estómago de un recién nacido o el tiempo “máximo” que debería estar un recién nacido sin alimentación, tiempo que con la maduración del niño la “mayoría” alcanza después de un par de meses y es superado en las noches al cumplir cierta edad, pero que no es aplicable como ley en todos los niños por igual. Por lo que se debe promover la lactancia materna a libre demanda hasta que el niño sólo se empiece a regular y espaciar las tomas, donde las 3 a 4 horas sean sólo un referente para entender cuantas tomas necesitaría un recién nacido, en donde las horas es para ordenarnos uno como adultos hasta que crecen, donde algunos toman cada 3 a 4 horas otros menos y otras más.

• Tomar cebada, malta, mucha agua, avena, etc . para que salga más leche y/o se ponga más gruesa: completamente FALSO, lo único que aumenta la cantidad de leche es la succión del niño en el pecho, ojalá no con extractores, ni con la mano, succión mucha succión. Si una madre siente, cree o le dijeron que tiene poca leche, póngase a su hijo a libre demanda (ósea más seguido) en el pecho y al cabo de un par de días tendrá más leche. Como explique en el primer mito, la primera leche está compuesta en su mayoría por agua y la segunda por grasa, para que una madre le salga la leche más gruesa necesita que se le vacié el pecho para que el niño tome de ambas leche y así de esta forma quede más alimentado.

• La leche de tarro ayuda a que los niños pasen de corrido la noche: FALSO, muchos padres movidos por la desesperación de pasar varias noches sin dormir de corrido sucumben a la leche artificial por los supuestos efectos de hacer pasar a los niños durmiendo toda la noche, la explicación de este mito es que la leche de vaca al ser más difícil de digerir que la leche humana produciría un efecto de saciedad en el niño lo que lo ayudaría a dormirlos de corrido. Este mito como es aplicado en niños que son seres humanos y como todos no somos iguales, existen niños que al ser alimentados con leche de tarro efectivamente pasan la noche y otros que siguen pidiendo seguidamente leche, pero esta vez de tarro lo que implicaría despertarse y prepararla, siendo más desgastante para los padres. Que el niño pase la noche o no, tiene que ver con el nivel madurativo en él que lo hace estar listo para pasar la noche, y segundo porque el niño que despierta en la noche no sólo lo hace por hambre sino por un sin número de razones, entre estas la necesidad de contacto físico y confirmar que sus cuidadores estén junto a él.

• “Tengo mala leche»: FALSO, no existen malas leches, todas las leches son buenas y están creadas especialmente para cada niño, estas va mutando de acuerdo al crecimiento, las necesidades y enfermedades de los lactantes. Discurso que bien saben los pediatras por lo que algunos dicen “después de los 6 meses la leche materna ya no sirve”, cuando deberían decir, “la leche materna después de los 6 meses sirve, pero debe ser complementada con otros alimentos”. La recomendación de la OMS y la UNICEF es 6 meses de lactancia materna exclusiva, después seguir la lactancia incorporando los alimentos sólidos hasta los 2 años o más y que el cese de esta, sea de mutuo acuerdo entre ambas partes (es decir madre e hijo). Todas las mujeres tienen buena leche y siempre sirve, sólo deben lactar lo que el niño está requiriendo y ese timing lo determina la maduración del niño.

• Dar pecho duele: FALSO, si hay dolor, se puede deber porque hay un mal acople entre aureola pezón y la boca del niño, o algún problema como mastitis o conducto obstruido, la lactancia materna NO duele, excepto cuando la madre es primeriza y sólo con las primeras tomas donde el pezón está sensible hasta que se forma una callosidad y después ya no duele más. Para evitar esa molestia inicial existen cremas de lanolina que ayudan a humectar y cicatrizar si hubiese alguna herida, parches de hidrogel, o recetas caseras como un repollo congelado para la congestión mamaria.

• La lactancia materna cansa y esclaviza: FALSO, aunque este punto depende desde donde se le mire osea subjetiva, desde mi visión dar leche materna es lo más simple que existe, sólo requiere levantarte la polera y listo, versus lavar, esterilizar, poner agua a hervir, poner agua helada hervida, poner el polvo, probar si está buena y dar. No lo sé, pero para mí la alternativa es obvia.

El niño que toma leche materna no sólo se está nutriendo con el mejor alimento diseñado para él, además lo hace por contacto físico y ganas de estar arropado emocionalmente como en el útero materno. Si también te apasiona el tema de lactancia materna les dejo unos link para informarse con más profundidad del mundo de la lactancia materna: Unicef, OMS, la Leche league International. “La Lactancia Materna es satisfactoria cuando el entorno que rodea a la madre apoya la lactancia” lactivista.org.

Ahora estimados lectores la DECISIÓN de lactar está en sus manos. Porque es muy distinto no lactar por desinformación, que con la información aprehendida, así se puede tener las herramientas para decidir con los costos y beneficios que esta implique, donde la leche artificial jamás será igualada a la leche humana. Y para calmar las conciencias, dar pecho no significa ser buena madre o no darlo no es sinónimo de mala madre, los argumentos no van en línea de que su promoción es un tema de salud pública y espero que se haya entendido así.

Y ustedes se identifican con algún mito que le hayan dicho, y ¿qué otros mitos urbanos saben de la lactancia materna?

María Paz Aguilera Oportus
Psicóloga Clínica en Apego, Lactancia y Crianza
Diplomada en Intervención Temprana en Salud Mental
Instructora Certificada de Taller de Apego y Masaje Infantil Shantala