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Mi tercer Parto y Puerperio (I parte): Relato de disforía post parto en primera persona

30 septiembre, 2015

Aquí con 6 semanas de vida de mi tercer hijo, recién me digno a escribir en mi blog. Traté de hacerlo como 4 veces antes, inventé los mejores títulos en las primeros trasnoches, repasaba cada línea (al parecer en la madrugada soy más creativa) pero nunca llegué a puerto, a la mañana siguiente ya no me acordaba de nada, en un abrir y cerrar de ojos  ya era las 13:00 hora que llegan mi hijos del jardín y colegio, se acabó el relajo y regaloneo con mi guagua y a ser madre de 3.

Mi tercer parto fue maravilloso, con casi 24 horas de contracciones sin dolor, completamente placenteras, se dio todo muy fácil, casi planificado por la logística familiar, acompañada todo el día y con red de apoyo trabajando en pleno.

El pre parto fue en mi casa en pleno día, donde mi marido en forma muy sensible me puso música de relajación y cerró las cortinas para que me conectara con lo que venía, ya que yo estaba como tuna y me puse a ver «Friends» y entre tanta risa olvidaba contar las contracciones, es que sinceramente en un día de semana quien tiene la suerte de tener tantas personas ayudando, preparando y sirviendo el almuerzo, la abuela que cuida a los niños, ayudando a hacer tareas y un marido todo el día para consentirte.

Llegué a la clínica con 6 cm de dilatación a las 17:40 hrs. caminando y feliz (fui porque mi marido prácticamente me obligó) borracha de tanta oxitocina, en el mejor parto que he tenido en mi vida, una playlist escogida por nosotros, en estas salas SAIP, (que son piezas normales que se acondicionan para el parto normal) mi matrona que es seca, una verdadera entrenadora alentándome y siendo la jefe del equipo médico, ella la directora de mi parto mandando a todos los hombres en una sala, y estos haciéndole caso en lo que yo había pedido en mi parto. Mi marido sosteniéndome por la espalda y diciendo la palabras más lindas del mundo a mi oído, en eso contexto nació mi Pedro a las 21:47, el quinto integrante de mi familia.

El proceso en la clínica fue relajado, mis niños conociendo a su hermano, tengo los mejores recuerdos de ese momento, ver por primera vez como mi familia se reunía, sacamos fotos, hasta grabé, es una experiencia muy potente.

Hasta ahí todo bien, hasta que me pasa lo que siempre me ha pasado con los otros 2 y con el tercero no fue la excepción, me dan el alta, llegan con la silla de ruedas para partir a la casa, me subo tomo a mi hijo en brazos y se me empieza a apretar el corazón, me invade un miedo, es que lo veo tan delicado y yo responsable de él, mezcla de amor y angustia, se me pasan mil cosas por por la cabeza, miro a mi marido y él con sus ojos y boca me dice tranquila lo podemos hacer, esa conexión como que supiera lo que estaba pensando, salgo de la pieza aguanto las lagrimas, porque me digo a mi misma la gente se va a extrañar ver a una mujer llorando con una guagua en brazos, me contengo por tercera vez en mi vida en el mismo episodio, como si fuera una película repetida, sosteniendo a lo cosita más frágil que he tenido en mi vida y viajando a un camino sin retorno de ser madre de una nueva criatura.

El viaje en auto es silencioso, sufro con cada luz roja, me asusto con cada bocina de la calle, mi hijo en su sillita y yo atrás junto a él,  siendo como la protectora de su sueño y de su vida, pero es de su primer viaje en auto, llegamos las lagrimas quieren salir nuevamente, están mis niños en la puerta esperándonos ansiosos con sus caritas sonrientes, las lagrimas de nuevo para adentro, respiro profundo, camino un poco adolorida por los puntos de la episiotomía y me digo a mi misma: bienvenida a la realidad a ser madre de 3 niños.

continuará…

si quieres leer más sobre la disforia post parto apreta aquí

2015-08-18 08.37.28

La primera foto con mi hijo Pedro en brazos

María Paz Aguilera Oportus 

Psicóloga Clínica

2 comentarios leave one →
  1. María Cristina permalink
    2 octubre, 2015 16:39

    Creo que es fundamental darse el permiso para llorar y desahogarse en el momento en que rugan las lágrimas, aunque no sea el momento adecuado porque, ¿cuándo lo es?, y aunque sea delante de los demás hijos. Siempre se les podrá explicar. ¿Por qué tragarse ese sentimiento que después queda atorado en alguna parte de la mujer?

    • 3 octubre, 2015 11:21

      Así es Ma Cristina, las mujeres/madres no damos poco permiso para llorar, cuando es tan normal y parte de vida. Gracias por comentar.

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