Angustia del Octavo Mes

Seguramente muchas personas han escuchado el término angustia del octavo mes, concepto muy utilizado por psicólogos infantiles para explicar una serie de comportamientos del niño con su madre o su cuidador durante una fecha temporal particular.
El término angustia del octavo mes se utiliza para referirse a una fase completamente normal y esperable en todos los niños, se le llama del octavo mes pero puede aparecer antes o después de los ocho meses, entre los 5 meses y un año de vida para ser más específicos. Esta etapa consiste básicamente en que el niño prefiere estar con su madre o cuidador la mayor parte del tiempo en brazos, manifestándose también en llantos persistentes cuando el niño no tiene a su madre en su campo visual; anda mas “regalón” por lo quiere más mimos y cuidados, esto se puede ver reflejado en que sonríe y “hace fiesta” de cualquier acto, frase o movimiento que haga su madre como recurso para llamar su atención, ya que el no tenerle cerca le produce angustia.
Otro hecho que suelen comentar los padres, y es la razón por la que algunos consultan a un especialista, es que en esta etapa su hijo se despierta más en la noche, si están tomando lactancia materna fracciona las tomadas nocturnas con tal de mantener el contacto físico con su madre, y si no está tomando leche materna, tiene un sueño más ligero, por lo que puede despertar llorando más regularmente en la noche buscando contacto físico, el cual generalmente sólo puede ser consolado por su madre. Otra manifestación de esta etapa es que desconoce a los extraños o a las personas que no son de su entorno familiar más cercano, llorando amargamente cuando el niño es alzado, por ejemplo por la abuela o una amiga de la familia, hecho que antes no ocurría, y en donde socialmente es catalogado negativamente con afirmaciones como “este niño está malcriado” o “sólo quiere estar en brazos”.
La razón por la que ocurre esta etapa, es que el niño necesita confirmar esta relación de apego que tiene con su madre o algún adulto significativo, en donde descubrió que su madre es otra persona y no una prolongación de sí mismo, como era cuando él era un recién nacido. Además el niño comienza a comer sólidos por lo que empieza su independencia alimenticia de su madre. El niño necesita confirmar que su madre va a estar ahí para que él pueda salir a explorar y descubrir el mundo, por ejemplo a través del gateo o en la ganancia de independencia con pequeñas acciones que va aprendiendo.
La intensidad y prolongación en el tiempo varía de niño a niño, estando relacionada con como fue enfrentada esta etapa por los padres o cuidadores. Si el niño fue contenido y atendido cuando él lo requería (dentro de las posibilidades de los padres) esta etapa pasa rápidamente y algunos padres apenas perciben que tuvieron esta fase con su hijos, pero cuando los padres intentan que el niño sea independiente forzando esta conducta que cognitiva y psicológicamente el niño no está preparado para vivir, se agudiza, se prolonga y los padres la recienten en el día y en la noche.
Una posible solución, es intentar estar la mayor parte del tiempo con el niño, tenerlo en brazos, cargarlo o llevarlo en un porta bebé para facilitar las labores domésticas o sociales, tener mucha paciencia, ya que el niño pronto superará esta etapa y comenzará a vivir la etapa de exploración y descubrimiento de su mundo, en donde después por más que intentemos tenerlo en brazos, él saldrá arrancado y querrá estar gateando o caminando por su propia cuenta.