No estamos solas!

Hace unos días me senté en el suelo de mi cocina a las 11pm a escuchar. Una amiga muy cercana había tenido un hijo hace un par de días y la noté complicada. Nos escribimos un par de mensajes en Whatsapp, y luego ofrecí llamarla. Mi hijo ya estaba durmiendo y con mi marido estábamos viendo una película. Le pregunté si le importaba que fuera a hablar, con lo que me comprendió y puso pausa. Corrí a la cocina y cerré la puerta para llamar a mi amiga P. Hablamos por más de 20 minutos, ella contándome lo que le estaba pasando y los desafíos que estaba enfrentándose al ser madre. Después de brindarle apoyo y un par de consejos, colgamos. Me quedó prendida una luz interna que no había visto ni pensado antes. Una luz que me relajó y me hizo sentir bien. Fue entonces cuando me di cuenta que todas las madres tenemos las mismas inseguridades, las mismas preguntas, los mismos descubrimientos. Si bien no somos todas iguales, no tenemos la misma historia, no tenemos las mismas sombras que nos rodean, ser madre es algo universal. Al ser mamá, logras entrar en un mundo en donde la mayoría de las madres te comprenden y han pasado por lo mismo que tu, y pueden brindarte un apoyo que solo tu puedes valorar.
Realmente quedé sorprendida. Llegué a la pieza donde mi marido estaba esperando y le comenté: “N, sabes? Todas las mamas pasamos por lo mismo! Ahora no me siento mal por cuestionarme tanto lo que hago!”
Tuve a mi primer hijo hace 2 años. Recuerdo sentirme muy sola y sin tener a muchas amigas para preguntar consejos. Los únicos consejos que recibía eran de mis padres y mis abuelos. Recuerdo tener mucha inseguridad, mucho miedo, mucha angustia. Hasta el día que alguien me escuchó. Llamé a una amiga psicóloga, quien es mama también, y me escuchó. Fue a mi casa, se sentó conmigo y me dejó llorar todo lo que necesitaba. Me dio consejos y me sentí valorada nuevamente. Recuerdo una llamada a una líder de la Liga de la Leche. Ella también me escuchó, me dio consejos, me apoyó. Fui a las reunión, hice amistades y dejé de sentirme sola. Volví a encontrar mi instinto materno, me encantó el tema lactancia y apego, y ahora trato de ayudar en lo que pueda a las demás. No soy psicóloga, no soy matrona, pero soy mamá. Y las mamas nos entendemos.
Hay muchas opiniones dando vuelta sobre como uno debe criar a su hijo. Algunos aceptan el colecho, otros no. Algunas dan leche maternal, otras prefieren la mamadera. Hay mucha estigmatización sobre cómo uno se debe desempeñar como madre, y las “consecuencias” de cómo criar a un hijo de una manera u otra. Llevo días dándole vuelta a esta afirmación y me di cuenta que si bien somos todas madres, somos personas DIFERENTES. Cada una vive de manera diferente a la otra, cada una cría diferente. Estamos llegando a un punto en que las madres necesitamos unirnos más, escucharnos más y apoyar más. No aceptar todo como una crítica y abrirse a escuchar. Yo he aprendido mucho de otras mamas, quienes me han ayudado a sobrellevar mucho temas. Estoy segura que todas también aprenderían de otras!
Si tienes a tu primer hijo, y te sientes abrumada, habla con alguien. Busca grupos de apoyo, gente que te entiende y que puede ayudarte con muchos obstáculos que tocan cuando uno es madre. Sigue tu instinto materno, pero no te cierres. Habla! No estás sola!
C. E. G.
pd: Entrada anómina enviada y escrita por una ex-paciente a la cual estimo y admiro mucho.
María Paz Aguilera
imagen extraíada de www.davidbejar.com