Los Ángeles de Alicia

Este texto titula así, en honor a Alicia Lieberman y su maravilloso texto “Ángeles en la Guardería”*. Quizás se pregunten porque quise hacer este post de un texto, pero realmente este no es cualquier texto, en una obra de arte escrita, que me inspiro y que gracias a la traducción de una muy buena amiga pude leerla con mayor fluidez, muchas estrofas incluso con lagrimas en los ojos.
Quise reflexionar sobre la transmisión intergeneracional de influencias benévolas parentales que hemos tenido en nuestra vidas. No todo está perdido, y así como le digo a mis pacientes, uno puede tener una imagen parental positiva o negativa (o ambas en el mejor de los casos) uno debe ser capaz de indentificarse por similitud o contraposición de esa figura parental que tuvimos en la infancia, además siempre hubo alguien, una abuela, un profesor o un adulto sigfinifactivo que nos contuvo cuando lo necesitábamos, o sino la vida sería muy triste y todos estaríamos destinados al fracaso y no amar.
Todos hemos tenido experiencias buenas y malas en nuestra infancia, estas vuelven a tomar importancia cuando uno se convierte en padre o madre, porque ese niño que llora, no puede sino que recordarnos a ese niño que también fuimos nosotros, y indudablemente nos pasan cosas, estrés, angustia y a veces ternura. Estas respuesta está conectada por como fueron con nosotros. Cuando éramos pequeños llorábamos y llorábamos en nuestras cunas sin que nadie nos atendiera, o éramos consolados al instante. En apego no se habla de padres sino de cuidadores, porque mientras llorábamos, quizás hubo una mano dulce que nos abrazaba, mientras nos susurraba en el oído dándonos paz y tranquilidad, y otras veces al caernos alguien nos hizo un “sana sana” y nos puso un parche curita (bandita) con tanta ternura que el dolor pasó al instante como si fuera obra de magia. Esas experiencias o recuerdos, quedan en nuestros corazones para siempre, como una mochila de amor que es cargada, pero con un peso que no molesta y lo más maravilloso es que esa mochila, si todo sale bien, será la misma (y ojalá mayor) la que tendrán nuestros hijos y nietos.
Descubrir esta transgeneracionlidad positiva en Alicia Lieberman, es sin duda esperanzadora, ya que se tiende escuchar el peso de la transmisión generacional en negativo, como algo que hay cortar, a leer los pasajes de “Ángeles en la Guardería”, me da la sensación de una cadena amorosa, que se transforma en todo el amor que entrego a mi hijos hoy llegará a mis nietos y bisnietos como un escudo protector a las futuras generaciones, errores cometeremos millones, pero lo importante es como pidamos perdón y como reparemos esos errores, les enseñaremos a como hacerlo a ellos y así sucesivamente a los que vendrán.
Somos madres y padres que criamos a nuestros hijos desde el amor y el respeto, no me cabe duda esto se verá en las futuras generaciones, estamos cambiando el mundo desde nuestras familias y lo que más me gusta es que no somos pocos, somos una cadena de transgeracionalidad positiva. Queridos lectores vamos por el camino correcto y lo más lindo que esta cadena no será sólo en nuestros hijos para quienes trabajamos en infancia.
Post dedicado a mi padre Carlos Aguilera Acevedo, que hace 9 años dejó de estar con nosotros y a pesar que nunca conoció a mis hijos, el sigue más vivo que nunca en ellos con todo el amor y cuidado que me entregó en mi infancia.
* Lieberman, A. & Cols (2005) ”Ángeles en la Guardería: la transmisión intergeneracional de las influencias benévolas parentales” San Francisco General Hospital and University of California, San Francisco.
María Paz Aguilera Oportus
Psicologa clínica
Magister en Salud Mental Infantil